sábado, 3 de abril de 2010

Fanaticos de la muerte


Vean bien sus caras y cuando vean a alguien similar escuchen atentamente lo que hablan, lo que dicen y como lo dicen, puede estar usted delante de un asesino en potencia.

Estos días se habla de la muerte de Cristo y del atentado en Rusia a manos de un grupo islamista vinculado a Daguestán y los sucesos de Chechenia.

Puede ser mi hija o mi nieta, puede ser mi vecina, puede ser el camarero de la esquina, el chofer del taxi que me lleva a la oficina...

Asesinan por que creen en su fe, en su religión, en sus creencias, en el ojo por ojo y diente por diente, asesinan porque llevan armas, asesinan por que su Dios les ha prometido el paraíso después de su muerte.

Asesinan a los infieles, como usted y como yo, ajenos a su religión, asesinan a los que profesan otras creencias por que son hijos de Satanás, asesinan a los enemigos del Islam.

Asesinan con armas, hieren con palabras, amenazan con guerras santas, destruyen a sus adversarios y desconocen sus errores.

De esta soberbia asesina se alimentan los radicales del Islam, los "revolucionarios" iraníes, los soldados de Al-Qaeda, o como en este caso los de Daguestán.

Esta nueva lacra del siglo XXI, amenaza con poner en vilo nuestras vidas y no estar a salvo en ningún lugar del planeta.

Nos va a costar mucho librarnos de esta plaga, así que debemos empezar por no azuzar el avispero, con gratuitas alusiones a lo islámico y atacar de frente al fanatismo religioso venga de donde venga.

Que tal si empezamos por casa?

Estamos en Semana Santa...