domingo, 29 de noviembre de 2009

Democracia y partidos politicos para aprendices

Los partidos políticos, son la concreción de la voluntad común de un amplio grupo de ciudadanos, que decide exponer y defender de forma colectiva sus ideas, a fin de alcanzar el Poder político y llevarlas a la practica (mediante la aplicación de su programa de gobierno).

Por consiguiente estamos ante el ejercicio del derecho de libertad de expresión, para difundir esas ideas, el derecho de reunión para discutirlas, y el de sufragio o elección, para designar a sus representantes ante el Poder legítimo o para el ejercicio, - en caso de ganar las elecciones - del Poder, mediante la acción de gobierno.

Según esto, los partidos políticos se convierten de instrumentos de participación de los ciudadanos, para la defensa de sus intereses y habrá, en una sociedad tantos partidos, como los grupos sociales deseen constituir (crear).

Los partidos los forman individuos, son seres humanos, imperfectos pero mejorables.

Cuando las soberanía la ejerce con su voto la ciudadanía, se está expresando la voluntad del conjunto de esa sociedad.

Si convenimos que esta es la mejor forma de organizarnos (civilizadamente) para defender nuestras ideas e intereses, estamos poniendo en practica la democracia representativa.

Ahora bien, cuando se propone una variación o transformación de estas u otras reglas del juego (previamente convenidas) recurrimos a la consulta general, es decir al referendo o plebiscito, poniendo en practica la democracia participativa o directa.

Los partidos son los aglutinadores de los agentes sociales por tanto correa de transmisión de amplios sectores de la sociedad, su diversidad hace a las sociedades más plurales y por consiguiente mejor representadas en los poderes del Estado.

La democracia es un antiquísimo sistema de representación popular, por el cual elegimos a quien gobierna en nuestro nombre.

Otra cosa, son las sociedades con Partido Único, en las que se impone la parcialidad del grupo dirigente, sobra la mayoría de los ciudadanos, privados del derecho a discrepar.

Los partidos progresistas más avanzados en materia democrática, practican ese ejercicio en todos sus niveles, eligiendo a sus cuadros dirigentes, a sus candidatos y a sus representantes en general, por medio del sufragio, es decir del voto directo y secreto y en las llamadas elecciones primarias, previas a la designación de su candidato oficial. Este sistema copiado de la practica electoral estadounidense para las presidenciales, se aplica en otros países a todas los niveles.

Otros países y organizaciones, lo hacen mediante delegados o compromisarios, que acuden a instancias superiores, en las que se toman estas decisiones (la elección de candidatos o representantes).

Elijan ustedes la forma que crean y organícense, a veces los partidos comienzan con una docena de personas conocidas, que se reúnen clandestinamente de forma periódica, para comentar el acontecer diario de su barrio, región o país, crean distintas estructuras participativas, en las trabajan sus miembros como animadores y dirigentes, junto a otros ciudadanos no organizados o de otras organizaciones.

Así nacen las Asociaciones Culturales, en defensa de la música popular, las Comisiones Campesinas, para la solución de los problemas agrarios, Comisiones Vecinales, para reivindicar soluciones para sus barrios, las Comisiones Obreras, para reivindicar mejores condiciones salariales y laborales, coordinadas todas ellas por el Partido emergente, que poco a poco se irá transformando en el motor del cambio de toda una sociedad.

Esta es una labor que lleva tiempo, requiere mucha dedicación y que resulta muy desconocida para la gran mayoría de los ciudadanos, sobre todo cuando están acostumbrados a que se lo haga todo el partido único y papá Estado, pero por algo hay que empezar.

La política es un trabajo ingrato, requiere mucha dedicación y sacrificio personal, con renuncia a una parte de  la libertad individual que se cede al grupo social al que pertenecemos, cuenta con escaso prestigio social, y está frecuentemente salpicada por escándalos de corrupción.

A ello hay que sumar, que con frecuencia el adversario político, - cuando no enemigo - utilizará todos los medios a su alcance para desprestigiarnos, amordazarnos y destruirnos si es preciso.

La política es muchas veces la lucha de las ideas, pero se puede tornar en una lucha violenta y muchas veces sangrienta, la historia está repleta de estos ejemplos.

Evitemos la violencia, comencemos por no usar la violencia verbal ni las descalificaciones, las ideas se confrontan con ideas, suelen ganar... las más ingeniosas y convincentes.